Los Dallas Mavericks aceptan su condición de equipo en reconstrucción



Aunque es un traspaso menor, los Dallas Mavericks tomaron una decisión drástica el pasado jueves, traspasando a un veterano de la casa (y de la familia) como Devin Harris por Dough McDermott y una segunda ronda. Es un cambio de pasado y presente por presente y futuro, aunque los Mavs no descarten e incluso apunten a una posible reunión futura de las partes. 

Se piense lo que se piense sobre Devin Harris, su rendimiento de este año estaba siendo muy bueno. Era líder indiscutible del equipo en +/- acumulado. Formaba parte del quinteto más efectivo de los Mavericks. Por utilizar una expresión de Mike Marshall, del podcast The Four Pointer, Devin Harris era parte de la "mantita" de Rick Carlisle, ese recurso de los tres bases que aparecía cada vez que el entrenador se veía presionado en un partido. 

Por lo tanto, a lo sumado a través del traspaso, hay que añadirle también lo restado. Los Mavs pierden a un jugador veterano efectivo en mitad de una de las carreras de tanques más duras de los últimos años, con hasta 8 equipos en menos de dos partidos de diferencia y los New York Knicks amenazando con meterse también en la lucha. Los Dallas Mavericks tienen ahora mismo el peor balance de la NBA en empate con Atlanta, pero dos victorias seguidas pueden sacarte del top 5. 

En su rueda de prensa del jueves Donnie Nelson aseguró que la palabra tanking no está en el vocabulario de los Mavericks, pero también apuntó a que jugadores como Kyle Collinsworth y Johnathan Motley tendrán una oportunidad de acumular minutos a partir de ahora porque tienen que ver lo que pueden ofrecer los jóvenes.

"Creo que todos saben que estamos en una fase de rearme y esto era una oportunidad para añadir un par de piezas jóvenes que pueden ser importantes para nosotros", dijo Nelson.. "Vamos a echar de menos la presencia de Devin en el vestuario, en la pista y demás, pero Doug es un jugador realmente bueno con el que vamos a poder trabajar en el próximo par de meses y añadimos algo más de lanzamiento exterior a la ecuación". 

Nelson también dijo que enviaban a Harris a un lugar donde podría luchar por entrar en los Playoffs, siendo esto una admisión indirecta de que los Dallas Mavericks no están en esa lucha. Aunque eso sea evidente para cualquiera con acceso a la clasificación del Oeste, es un paso importante para los Mavs aceptarlo. A pesar del horrendo comienzo de temporada, en Dallas estuvieron casi todo el año pasado hablando de luchar por entrar en Playoffs, acercándose a dos partidos de estos puestos, pero quedándose cortos y eliminados a mediados de marzo. No fue hasta entonces cuando asumieron su realidad. Este año hasta el mes de enero aún se hablaba de intentar hacer un esfuerzo por meterse en la lucha, pero la realidad ha sido aún más dura que en el pasado. 

"He decidido que jugasen los jóvenes al final para darles la experiencia de cerrar un partido, y han aprendido unas cuantas cosas", dijo Rick Carlisle después de perder contra los Clippers un partido que tenían casi ganado y en el que dejó a todos los veteranos menos Wes Matthews en el banquillo. Decisiones como esta de Carlisle o la del jueves de la gerencia demuestran que, por fin, los Dallas Mavericks están preparados para aceptar su condición: la de equipo en plena reconstrucción. 

Una vez pasadas la negación, la ira, la negociación y la depresión, por fin llega la última fase: la aceptación.

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