Los Mavs de la era Carlisle: una historia de personalidades muy diversas



El caso de NerlensHot DogNoel ha vuelto a poner el foco en un tema recurrente entre los fans de los Dallas Mavericks: la relación de Rick Carlisle con algunos de sus jugadores, y especialmente con aquellos que son relativamente jóvenes. Carlisle tiene una personalidad especial, para qué lo vamos a negar, y esto le lleva tanto a ser uno de los mejores entrenadores de la NBA para muchos como a chocar con jugadores que no se adaptan a su filosofía.

A lo largo de su etapa en los Dallas Mavericks Carlisle ha tenido aciertos y errores. Aquí va una lista de todos los casos personales positivos, negativos o neutrales que he podido recopilar para poder hablar con todo el contexto necesario cuando nos refiramos a la forma de ser de Rick Carlisle, a si es o no un entrenador indicado para jugadores jóvenes o a si ha tenido realmente jugadores jóvenes con talento y dedicación a los que entrenar.

Por aclararlo, esto no es una lista de éxitos o fracasos. Simplemente es una recopilación de cada caso o personalidad que han tenido los Dallas Mavericks desde su llegada al banquillo para tener todo el contexto de su etapa en los Mavs.

Jason Kidd. Poco o nada se supo en su día de esto, pero ahora que ya ha pasado una década cada vez sabemos más del choque inicial que tuvieron Rick Carlisle y Jason Kidd. Cuando Rick llega a los Dallas Mavericks lo hace con una idea muy detallada de lo que quería que fuese su ataque. Jason Kidd, sin embargo, quería tomar la mayoría de las decisiones en la ofensiva, si no todas, y ese fue un punto clave también en su problemática relación con Avery Johnson.

Durante las primeras semanas de training camp  y liga regular las diferencias entre el entrenador y el base eran notables. En esas circunstancias, Rick Carlisle concedió que lo más inteligente en principio era que fuese él quien cediese. Los Mavs habían empezado la temporada con un balance 2-7, así que los resultados iniciales tampoco avalaban su idea, y Rick decidió ceder totalmente los galones en ataque a Kidd cuando estuviese en cancha.

Así fue como empezó Carlisle en los Mavs, con una “derrota” contra alguien que en aquellos momentos tenía mucho más peso en la franquicia. Así fue también cómo se entregaron al ‘flow offense’ que desplegaron en los siguientes años y que básicamente consistía en dejar a Jason Kidd y en menor medida a Jason Terry dirigir el ataque a su gusto. Carlisle y Kidd no volvieron a tener más problemas.

J.J. Barea. Cuando Rick Carlisle llega a Dallas J.J. Barea era un base undrafted que comenzaba su tercera temporada con 24 años. En el último año de Avery Barea jugó 460 minutos en 44 partidos. En el primero con Rick ya salta a los 1.600 minutos en 79 partidos, incluyendo 15 titularidades.

Cuando hablamos de jugadores jóvenes desarrollados bajo el ala de Carlisle siempre parece olvidarse el nombre del boricua, que pasó de jugador de fondo de armario a uno de los mejores bases suplentes de su generación y pieza fundamental en el anillo, como ya sabemos.

Ryan Hollins. Llegó a los Mavs junto a Matt Carroll a cambio de deshacerse de “Desgana” Diop. Su estilo hiperactivo nos ganó a muchos fans que pedíamos más minutos para este joven de 24 años que tuvo algún que otro partido más que interesante, especialmente contra los Spurs. Los Mavs no lo renovaron y las únicas ocasiones en las que destacó después de salir de Dallas fue cuando se llevaba técnicas o hacía faltas flagrantes casi en cada partido en el que jugaba contra los Mavs.

Shawne Williams. Los Mavs probaron a este joven alero de 22 años por medio de un traspaso en el que se quitaban a Eddie Jones y daban una segunda ronda. Digamos que no tuvo una gran carrera. A Dallas llegó tan barato pese a ser un pick 17 del Draft porque ya había sido detenido una vez por posesión de drogas. Justo después de ser traspasado por los Mavs fue detenido de nuevo en esta ocasión por vender ciertas sustancias. Los Mavericks llegaron a apartarlo del equipo, prohibiendo su presencia en los entrenamientos.

Brandon Bass. Drafteado en segunda Ronda por New Orleans, Bass llegó a Dallas con 22 años siendo considerado un jugador de bajo nivel. Sin embargo, primero con Avery Johnson y después con Rick Carlisle, Bass dio un salto de calidad y convirtió su contrato por el mínimo con Dallas en $18 millones por 4 temporadas con los Orlando Magic, e hizo carrera como buen jugador de rol entre Magic, Celtics y Lakers. Tenía 23 años cuando Carlisle le dio más de 1.500 minutos.

Gerald Green. Green llegó a Dallas ya rebotado de varias franquicias. Tras un año sophomore prometedor en Boston su mala actitud hizo que cayera en desgracia, y tampoco los Wolves pudieron sacar más de él. Los Mavs intentaron probar si eran capaces de reconducirlo, pero Rick Carlisle rápidamente lo mandó al fondo del banquillo. Tuvo que pasar dos años en Rusia para reconducir su carrera posteriormente.

Josh Howard. Howard es todo un caso, una de las mejores elecciones de Draft de los Mavs, que lo pescaron justo al final de la primera ronda y llegó a ser All Star.  Con Carlisle Howard rinde bien el primer año, especializándose en anotación en los primeros cuartos, pero ya en la segunda temporada da un gran bajón. Mucho tuvo que ver la llegada de Shawn Marion, que le restó protagonismo y terminó por enviarle al banquillo, y también diversos problemas de lesiones.

El 20 de enero de 2010 Howard se perdió un partido contra los Washington Wizards supuestamente por una gripe. Semanas después supimos que en realidad no había podido jugar porque sufría una fuerte resaca. Precisamente acabó traspasado ese mismo mes de febrero a los Wizards a cambio de Caron Butler, Brendan Haywood y Deshawn Stevenson. Después sufrió una grave lesión y nunca más volvió a ser el mismo.

Kris Humphries. Otra apuesta por un joven que no funcionó. Llegó a Dallas como añadido en el S&T de Shawn Marion y apenas contó para Rick Carlisle. Cuentan que en diciembre aún no se sabía ni la mitad del libro de jugadas, lo cual enfurecía a Carlisle. Fue traspasado en enero junto a Shawne Williams por Eduardo Najera, el tipo de veterano que le gusta a Rick. Después hizo una carrera decente, promediando un doble en un par de temporadas y amasando una buena suma de dinero. A sus 32 años ya no encuentra equipo.

Rodrigue Beaubois. #FreeRoddyB. Uno de los casos en los que más se ha cuestionado la gestión de Rick Carlisle ha sido el del joven francés. A Beaubois se le caía el talento en su año rookie, pero aun así Carlisle le daba oportunidades muy limitadas y contadas. ¿Su éxito se debió a que Carlisle seleccionaba las ocasiones en las que era propicio que jugaba, o fue Rick un lastre para su explosión en el primer año? En su momento, yo me alineaba con la segunda opinión, que tuvo como colofón aquel partido de Playoffs contra San Antonio que levantó el francés pero en el que Carlisle decidió dejarlo en el banquillo en el último cuarto.


Después de su año rookie todo se vino abajo, y aquí tuvo que ver menos ya Carlisle. En verano se rompió un hueso del pie con la selección francesa, una lesión que no curó bien, tuvo una recaída y no volvió a las pistas casi hasta enero. Su año sophomore estuvo marcado por esa circunstancia, y justo antes de los Playoffs que verían a los Mavs como campeones, volvió a sufrir la misma lesión y pasó de nuevo por quirófano a finales de junio, perdiéndose su segundo verano consecutivo, un golpe importante para alguien en formación. 

En su tercer año parecía que remontaba el vuelo, pero la chispa ya no estaba ahí. Su porcentaje de triples se desplomó y las defensas ya lo conocían. Aun así superó la barrera de los 1.000 minutos por primera vez en su carrera y con solo 23 años aún parecía que seguía habiendo futuro. Pero no fue así. En su cuarto y último año tenía la posibilidad de luchar por la titularidad, pero se hundió en la rotación y en una espiral de problemas físicos que llevaban a pocos minutos y a problemas de confianza y vuelta a empezar con el bucle. Para colmo de males, cuando parecía recuperar sensaciones con un 18-5 contra Cleveland acabando ya la regular season, al partido siguiente se rompió la mano izquierda. Ese fue su final. En la temporada pasada hubo un intento de que hiciera el training camp con los Mavs, pero al no tener un hueco asegurado decidió fichar por Baskonia.

Uno puede intentar imaginarse cómo podría haber sido su carrera si Rick Carlisle le hubiese dado más cuerda en su primer año, pero al final fueron las lesiones, hasta tres importantes sumadas a otras menores, las que lo alejaron de la NBA cuando era la esperanza de los Mavs. Mark Cuban llegó a decir que era intransferible. 

Shawn Marion. Matrix es uno de los jugadores más queridos de la historia de los Mavs por su entrega y su papel en la consecución del anillo, pero digamos que no siempre estuvo contento con su rol. Cuando los Mavericks fueron eliminados en los Playoffs de 2010 por los Spurs Marion hizo unas declaraciones públicas en las que se mostró descontento por las variaciones en la rotación que hacía Rick Carlisle entre él y Caron Butler. “No puedo ser efectivo si me están todo el día metiendo y sacando del partido como si fuese una muñeca”, dijo.

Así que en la temporada siguiente pasó a ser suplente. No dijo esta boca es mía en parte porque a los Mavs le iban muy bien las cosas, con el segundo mejor récord de la NBA a finales de diciembre, y porque seguía contando con bastantes minutos. Y en enero Caron Butler se rompió para el resto del año y esa noticia negativa tuvo su contrapartida en que él sería titular de nuevo. Butler se marchó a la temporada siguiente y Marion fue indiscutible hasta su despedida, pero al principio su relación con Rick tuvo sus altibajos.  

Corey Brewer. Traspasado de los Timberwolves a los Knicks, y rescindido su contrato con estos últimos, Brewer pudo firmar con los Mavs un contrato multianual por una porción de la mid exception en el mes de marzo. Con 25 años recién cumplidos suponía un soplo de aire fresco, pero nunca llegó a establecerse del todo en la rotación, quizás porque llegó con la temporada muy avanzada, en marzo. Su actuación en el Game 1 de la serie contra los Lakers le hizo pasar a la historia como uno de los héroes efímeros de la franquicia. Durante el siguiente mes de diciembre, justo antes de comenzar la temporada post lockout, fue traspasado para quitarse del medio a un Rudy Fernández que quería ser titular en uno de los peores movimientos recientes de la franquicia, pero que tampoco terminó saliendo demasiado caro. 

Alexis Ajinca. Tuvo un breve paso por Dallas con 22 años cuando los Mavs lo ficharon como proyecto barato de pívot. Apenas jugó y fue traspasado a Toronto para hacer hueco a Peja Stojakovic. Después tuvo alguna campaña decente y terminó engañando a los Pelicans por un buen dinero. Muy mermado por lesiones.

Dominique Jones. Los Mavs apostaron fuerte por DoJo comprando una primera ronda de Draft por tres millones para hacerse con él. Lo más importante que hizo en su trayectoria como Maverick fue hacer el papel de Dwyane Wade en los entrenamientos durante las Finales. Nunca llegó a desarrollar un lanzamiento exterior. Ha terminado haciendo carrera en China.

Delonte West. Uno de los mejores jugadores de los Mavs en la temporada 2011-12. Con Jason Kidd dando un bajón y Roddy y DoJo a bajo nivel, Delonte se convirtió ese año en uno de los favoritos de los Mavs fans. Una lástima que fuese tan inestable emocionalmente. Al principio de la siguiente temporada fue suspendido por una salida de tono en el vestuario durante la pretemporada que aún se desconoce a qué se debió. Un par de semanas después fue cortado tras otro problema y al considerarlo los Mavs una mala influencia para los jóvenes de la plantilla.

Lamar Odom. Rick Carlisle tuvo que lidiar en un mismo vestuario con el bipolar West y con un Lamar Odom con importantes problemas con las drogas. Imposible sacar algo más de los dos. Odom estaba totalmente desconectado en su etapa en los Mavs y por mayor esfuerzo que se hizo en todos los niveles de la franquicia fue imposible sacar algo de una persona que estaba perdida. Odom llegó a desaparecer por completo durante un tiempo sin avisar al equipo.  

“Estoy decepcionado con cómo se han desarrollado los acontecimientos”, declaró Carlisle. “Hemos trabajado duro con este chico. Soy alguien paciente. Mark (Cuban) también es paciente. Donnie (Nelson) es paciente, nuestro equipo es paciente… pero la paciencia se está acabando”.

La gota que colmó el vaso fue que se enfrentara a Dirk Nowitzki en el vestuario cuando este le dijo que necesitaban más de él. Carlisle llamó a Cuban al instante para exigir el despido inmediato del alero, y no hizo falta insistir para que Cuban lo fulminara.

Ian Mahinmi. Los Dallas Mavericks ficharon a Mahinmi reclamando el proyecto que los San Antonio Spurs habían abandonado, y Mahinmi empezó a crecer en Dallas, en especial como pívot suplente de Brendan Haywood en la 2011-12 cuando Carlisle le dio un rol fijo y apareció en todos los partidos menos uno. Siendo agente libre en 2012 y con Brandan Wright con un contrato muy asequible, los Mavs decidieron no invertir en el pívot suplente, pero negociaron un sign and trade con Indiana para enviar al francés ($16 millones en 4 años) a cambio de Darren Collison y Dahntay Jones después de que Deron Williams les rechazase.

Brandan Wright. Uno de los mejores “juguetes rotos” que los Mavericks pescaron como gangas. Wright había sido pick 8 del Draft de 2007, pero las lesiones en el hombro hacían peligrar su carrera, llegando incluso a perderse una temporada completa. En el verano de 2011, con 24 años, los Mavs lo firmaron dos temporadas por el mínimo, y una vez superados sus problemas físicos poco a poco empezó a despuntar. En su segunda temporada pasó por primera vez de los 1.000 minutos (en dos de las tres ocasiones en las que lo ha hecho estaba en Dallas), y ante su importancia cada vez superior los Mavs lo renovaron por $11 millones y dos temporadas.

En la 2014-15 era un jugador clave como suplente de Tyson Chandler y contribuyó al mejor inicio ofensivo del equipo en muchos años. Después sería traspasado en el movimiento por Rajon Rondo, pero era un hombre apreciado y al que Carlisle daba mucha importancia en su esquema y al que sacó lo mejor de su carrera, mermada posteriormente de nuevo por las lesiones.

Darren Collison. Con Deron Williams decidiendo quedarse en los Nets, los Mavericks apostaron por el joven Darren Collison para el puesto de titular, esperando ver algo de lo que había demostrado en su campaña rookie al sustituir al lesionado Chris Paul en New Orleans. Sin embargo, chocó frontalmente con Rick Carlisle, o Rick Carlisle chocó con él. Collison tenía buenos instintos anotadores, pero flojeaba en defensa y en ataque le costaba horrores poner a sus compañeros en buenas situaciones para anotar, en especial a Dirk Nowitzki una vez se recuperó.

Ser el primer base de la era post-Kidd tampoco ayudó, la verdad. Como muestra de confianza Rick empezó dándole casi los mismos galones que a Kidd en ese flow offense, pero fue un desastre y más con Nowitzki lesionado. Rick llegó a declarar públicamente que Collison "será un gran base suplente en esta liga”, lo cual molestó a un Collison que había ido a Dallas a demostrar que era un base titular, pero el tiempo ha terminado más o menos dando la razón a Carlisle: Collison es un base titular para un mal equipo o un base suplente para uno bueno. Pero si hay que destacar un ejemplo de cómo Rick puede acabar por destrozar mentalmente a un base joven, ese es Collison. Terminó siendo suplente de Derek Fisher, y después de que este se fuese a "cuidar de su familia", de Mike James. Y no me refiero al Mike James bueno que tienen ahora los Suns. 

O.J. Mayo. Mayo era la gran esperanza en aquel verano del no de Deron. Los Mavs trataron de recuperarse con el cuarteto Mayo, Collison, Chris Kaman y Elton Brand, pero todo se fue al traste con la lesión de Nowitzki, y solo el último (Brand) terminó de buenas con la franquicia. Mayo comenzó la temporada de forma prometedora, pero los galones cada vez le pesaban más y poco a poco se fue desinflando. Rick Carlisle llegó a fulminarlo en declaraciones a la prensa cuando la temporada llegaba a su fin.

“Si no vas a competir, mejor ni vengas”. Declaraciones completas en este enlace. 

Siguiendo con la tónica de muchos de los jugadores que han salido por la puerta de atrás con Rick Carlisle, su carrera desde entonces solo fue a peor.

Chris Kaman. Cuando llegó a Dallas era ya una versión reducida de lo que llegó a ser, un jugador cuyos pasos habían seguido los Mavs durante muchos años. Esa temporada su actitud y su defensa dejaron mucho que desear, y en ataque parecía que quería hacer él mismo de Dirk Nowitzki, lanzando desde fuera, poniendo malos bloqueos y con alergia a la zona. Los fans que habíamos pensado muchas veces cómo podríamos conseguir que fuese el pivot de los Mavs terminamos muy decepcionados.

El mismo Kaman también salió decepcionado, claro, y posteriormente hubo un intercambio de declaraciones que dejó claro que su relación con Carlisle no terminó muy bien.

Kaman jugó tres temporadas más tras su paso por Dallas. En ninguna de ellas tuvo un promedio de minutos que superase los 20 por partido como en los Mavs, y entre todas ellas sumó 28 titularidades, por las 52 que tuvo aquel año con Carlisle. Igual Kaman no supo identificar a tiempo lo que otros sí, que su carrera iba cuesta abajo, y de ahí su frustración.

Bernard James. Una de esas historias de marketing que tanto le gustan a Mark Cuban. James fue drafteado en segunda ronda por los Mavericks con 27 años después de hacer carrera militar, y la elección tuvo mucha atención mediática por ello. Más allá de eso, había un defensor interesante en James. Se esforzaba, era un buen intimidador y reboteaba bastante bien, pero nunca pasó de tener un rol marginal y un techo muy limitado. Después ha tenido algunas apariciones en China, Turquía y Francia. Cuando jugó su último partido con los Mavs ya tenía 30 años. Una historia poco convencional.

Jae Crowder. Uno de los casos que más se le echa en cara a Rick Carlisle. El entrenador le dio un rol desde el primer momento de su año rookie por su predisposición defensiva y por los buenos números del equipo con él en cancha, como jugador de pegamento, y es uno de los rookies que más ha jugado con Rick (1353 minutos) pese a tener por delante a Shawn Marion. En su segundo año, sin embargo, su papel no aumentó, sino que descendió levemente. Y en el tercero, sin Marion pero ya con Parsons, sus minutos pegaron un bajón.

Cuando fue traspasado a Boston le dieron confianza y minutos y comenzó a encadenar buenas actuaciones, aunque siempre dejando que desear en el lanzamiento exterior. En su segundo año en Boston hizo una gran campaña, destacando de nuevo su energía defensiva, y el foco de los Celtics puso en él la atención de la liga. Firmó un contrato bastante favorable y se le comenzó a considerar la mayor ganga de la NBA. Algunos incluso lo veían como posible All Star. Todo eso, sumado al fracaso de Rondo en Dallas, hizo que las críticas fuesen aún mayores para Carlisle por no darle una importancia mayor.

Desde entonces la burbuja de Crowder se ha ido desinflando lentamente. El año pasado por fin se acercó al 40% en triples, pero también fue evidente el bajón defensivo que pegó. Este año en Cleveland ha empezado bastante peor aún, muy lejos de ese acierto desde lejos, por debajo del 40% en tiros en general, y bastante por debajo también del rendimiento defensivo que se le presupone. Aún tiene 27 años para recuperar terreno y seguir evolucionando.

Monta Ellis. Ellis probablemente desplegó el mejor montaball de su carrera con Rick Carlisle y, sobre todo, Dirk Nowitzki. En principio los Mavs no lo querían, y él buscaba un gran contrato. Pero cuando los agentes libres importantes volvieron a dar la espalda a Dallas y a Monta le dieron la espalda las franquicias con dinero, llegó este matrimonio de conveniencia por un contrato bastante favorable a la franquicia.

Monta era querido. Carlisle lo mimaba a su manera, tratando de emparejarlo más con un Devin Harris que podía ayudarle en defensa que con un Calderón con el cual defensivamente no podía coexistir. Incluso estando con Devin o Calde en pista, él era el base. Él era el motor del ataque y Dirk era el reclamo perfecto para las defensas. En Playoffs contra los Spurs lo dejó todo.

Al año siguiente llegaron Chandler Parsons y su flamante contrato por el máximo. Desde el primer momento esta situación económica cabreó a Monta, como contó Tim MacMahon. Después llegó Rondo, y cuando chocó con Carlisle Ellis se puso de su lado, pues él y el base habían hecho buenas migas. El vestuario se dividió en dos prácticamente: Rondo y Ellis por un lado, el resto por el otro. Su tercer y último año de contrato era opción de jugador y el mensaje de Mark Cuban fue claro: o lo rechazas y te conviertes en agente libre, o te traspasamos. Él no quería seguir en Dallas tampoco, de todas maneras.

Qué coño: si hasta llegue a escribirle una carta por su desgana en su año final.

DeJuan Blair. Un año por el mínimo, jugando en la mayoría de los partidos pero en situaciones bastante concretas. Los Spurs lo dieron por perdido y Dallas con Carlisle le sacó un año más de provecho, incluyendo una excelente serie de Playoffs contra su ex equipo.

Cuando llegó el momento de ver una posible negociación en verano los Mavericks no subieron del mínimo. Tenían claro que para ellos no valía más. Los Wizards le ofrecieron un poco más, dos millones. Desde que salió de Dallas solo jugó algo menos de 400 minutos en la NBA. Esta es su segunda temporada ya sin equipo.

Una vez más los Mavs dijeron que no merecía la pena y así fue. Le exprimieron los últimos buenos minutos que le quedaban a esas rodillas sin ligamentos cruzados.

Shane Larkin. Siempre será recordado por ser el jugador elegido en el Draft en el que DonnieNelson quería elegir a Giannis Antetokoumpo y Mark Cuban decidió que era mejor mantener el plan de bajar puestos y ahorrar dinero para ir a por Dwight Howard. Como los Mavs necesitaban un base, escogieron al mejor que quedaba. Shane Larkin, otro base bajito.

Tuvo un par de partidos buenos pero estaba bastante verde en general. Fue traspasado a los Knicks en el trade de Tyson Chandler y no despuntó ni allí ni en Brooklyn. Tras un año en España intenta abrirse un hueco en los Celtics.

Gal Mekel. Después de unos cuantos veranos mareando la perdiz con si iban a firmar o no a Nick Calathes, los Mavericks terminaron traspasando sus derechos a Memphis y firmando un mínimo multianual a su versión inferior e israelí. En ese momento nació una rivalidad en la mente de los fans de los Mavs: Calathes contra Mekel. Los dos salieron por la puerta de atrás. En el caso de Mekel era un buen pasador, pero físicamente estaba muy por debajo del resto. Cuando estaba despuntando en pretemporada J.J. Barea quedó libre, firmó por Dallas, y ese fue su fin.

Ricky Ledo. El posible robo del Draft en segunda ronda que emocionó a Spielberg. Nunca llegó ni a la mitad de las expectativas. No despuntaba realmente ni en la liga de desarrollo. Otro que terminó en el Mavskonia.

Chandler Parsons. Verano de 2014. Chandler Parsons firma por los Dallas Mavericks y da por hecho que tendrá que jugar bastantes minutos como 4 suplente, por lo que procede a ganar peso. Pretemporada: Rick Carlisle dice públicamente que a Parsons le sobran unos kilos.

Foto de Instagram con Parsons sin camiseta. Revuelo. Rick Carlisle pidiendo disculpas públicamente

Esta relación no empezó de la mejor de las maneras, y la personalidad de Parsons también es, digamos, especial, pero después no hubo mayor problema entre ambos, que sepamos. Al alero le frustraba tener una restricción de minutos cuando regresó de su (primera) lesión, pero el tiempo terminó dando la razón al staff de entrenadores y médicos de los Mavs. Firmó unos meses excelentes en enero y febrero de su segundo año antes de romperse de nuevo. Hasta ahora es al mejor nivel al que le hemos visto, y por el momento no hay señal que indique que pueda volver a jugar de aquella manera.

Max or nothing, motherfucker. Pues en este caso fue nothing. A los Grizzlies aún les queda tiempo arrepintiéndose.

Rajon Rondo. Otro choque frontal con Carlisle, en este caso de un jugador que prácticamente ha tenido algún enfrentamiento con todos los entrenadores de su carrera. Con Carlisle se vio públicamente primero en temporada regular y después en los Playoffs. Ya en su día se dijo que Rick estaba en contra del traspaso, y con el paso del tiempo es algo que ya se da por hecho.

Rondo estaba muy por debajo del nivel esperado en defensa. En ataque no subía el balón todo lo rápido que quería Rick, no marcaba las jugadas que quería Rick, quería básicamente el nivel de libertad que tuvo Kidd en su día, pero Rick consideraba que debía ganárselo. Él creía que a esas alturas de su carrera ya no tenía que demostrar nada. Para colmo su falta de lanzamiento exterior, unida a la de Monta Ellis y Tyson Chandler, destrozó el ataque de los Mavs. Choque tras choque con Carlisle, hasta el momento de los 8segundos y las faltas intencionadas en Houston. Rick apartó a Rondo del equipo para lo poco que quedaba de aquellos Playoffs.

Desde entonces Rondo sigue pasando con más pena que gloria por diferentes equipos.


Al-Farouq Aminu. Iba para fiasco cuando apenas jugaba en el mes de diciembre, y terminó siendo uno de los mejores jugadores del equipo en la temporada que estuvo. Después hizo caja con Portland en un contrato que en su día parecía alto pero ahora es bastante asequible.

No sé qué terminó pasando: si Aminu se adaptó a lo que le pedía Rick, o si Rick concedió que Aminu debía ser un jugador importante. Lo más sensato es pensar que una mezcla de ambas. Pero desde el mes de febrero Carlisle soltó la correa al alero y este nos dejó recitales especialmente en el apartado defensivo.

Claro que luego llegaron los Playoffs contra los Rockets (parece que hace siglos de aquella serie) y en los dos primeros partidos apenas rondó los 20 minutos. En los tres restantes, en los que los Mavericks fueron mucho más competitivos y ganaron uno de ellos, jugó 34, 38 y 36. Un poco tarde, Rick.

Aminu relanzó su carrera en Dallas. Algunos aún seguimos metiéndolo en paji-trades para traerlo de vuelta.

Greg Smith. Poco o nada más se pudo sacar de ‘Trozo Carne’ Smith. De hecho solo lo menciono para poder recordar cómo le llamaba. ‘Trozo Carne’ Smith.

Dwight Powell. “Powell es la persona que más trabaja de todo el equipo”. Lo dijo la semana pasada J.J. Barea, y eso explica la confianza que demostró en él la franquicia con el contrato que le firmaron, y los minutos que está teniendo este año.

Powell llegó a Dallas como throw-in en el traspaso de Rondo. Por mucho que digan los Mavs que exigieron su inclusión y bla bla bla, fue un “bueno, no tenemos nada que perder por probarlo”. En los dos primeros años tuvo apariciones interesantes como jugador enérgico desde el banquillo, pero Carlisle tampoco le daba mucha continuidad, especialmente tras los fichajes de Amar’e Stoudemire un año y David Lee al siguiente.

Cuando llegó su agencia libre restringida Dallas lo renovó por $37 millones y 4 temporadas. El rumor es que tenía una oferta sobre la mesa de los Brooklyn Nets por $40 millones y 4 temporadas, y el acuerdo fue que Powell perdonaba tres millones en global a cambio de que el último año fuese player option. Pero eso es lo que nos tenemos que creer. Si no la realidad es que Dallas le firmó sin competencia por una cantidad mayor de la esperada cuando podría haber esperado a que firmase con otra franquicia e igualar como agente libre restringido.

El caso es que el año pasado no fue el del paso adelante esperado. Sus números fueron algo mejores, pero con un papel muy levemente superior, y lejos de lo esperado por su nuevo contrato. Los seguidores de los Mavs nos hemos devanado los sesos durante el último verano para ver de qué manera podíamos colar a Powell (y Wes Matthews) a otra franquicia para liberar su salario.

Esta temporada parecía empezar igual, pero de un tiempo a esta parte Powell ha mejorado su nivel y en las últimas semanas está siendo de lo mejor que estamos viendo en la pista. Su +/- y su Net Rating son claramente los mejores del equipo. Quizás sea la continuidad. Seguiremos atentos a su evolución. La confianza de la franquicia la tiene: 37 millones de confianza. 

Justin Anderson. La ilusión de lo joven cuando no tienes a ningún otro joven. Justin Anderson fue el primer acierto de los Mavericks en primera ronda en mucho tiempo. Su mayor problema era, y es, su falta de lanzamiento exterior, a lo que había que sumar sus errores de rookie, pero Simba jugaba con mucha energía.

Carlisle no confiaba demasiado en él aún cuando no le quedó más remedio que darle minutos ante la plaga de lesiones que asoló a los Mavs al final de la campaña 2015-16. Justin respondió con su mejor baloncesto y fue muy importante para terminar entrando en Playoffs. Parecía un paso adelante importante.

Nada más lejos de la realidad, porque al principio de la temporada siguiente volvió al rol esporádico, condenado por su incapacidad de tiro y de bote en un ataque con generadores muy escasos. En defensa seguía aplicándose con energía pero continuaba con errores de concentración. Fue la pieza clave del traspaso de Nerlens Noel. Este año en Philadelphia contaba de nuevo con un rol muy pequeño antes de lesionarse. Por ahora poco nos indica que tenga futuro como algo más que un buen suplente.

John Jenkins. El MVP de la pretemporada (a costa de números horrorosos en defensa y creación para otros) que luego no tuvo continuidad. Pasar de un rol tan prominente en pretemporada a no tener rol en temporada regular fue chocante, y mientras los Mavs sufrían para anotar muchos pedíamos minutos para Jenkins.

La realidad es que cuando tuvo minutos, no los aprovechó. Es posible que psicológicamente se llevase un palo al ver que sus minutos de la pretemporada eran un espejismo. No jugó bien, y terminó siendo cortado durante la temporada. Lo repescaron unos Suns en el pozo de la NBA, pero tampoco allí pudo abrirse paso ante una competencia en principio más débil que la que tenía en Dallas.

Ahora juega en Burgos.

Jeremy Evans. El Aminu del baratillo, llego tras la marcha de este a Portland buscando un perfil similar, pero tenía mucha menos fuerza, no entendía tan bien la defensa y era un cero en ataque. Fue traspasado a Indiana y allí tampoco jugó. Ahora trata de hacer carrera en Europa.

Harrison Barnes. Barnes llegó como caído del cielo a Dallas. Cortados los lazos con Parsons, rechazados por Mike Conley y Hassan Whiteside, la situación de los Mavs era gris cuando Kevin Durant decidió irse a los Warriors y eso tuvo como carambola que Barnes acabase en Dallas. El precio, un máximo de $24 millones, parecía un precio altísimo en el momento, pero tampoco había alternativas.

Barnes respondió a las expectativas, y las superó. Llegaba tras unas Finales muy decepcionantes, y éramos unos cuantos los reacios inicialmente a su fichaje. Pero si de algo no tuvieron dudas nunca los Mavs fue de su capacidad de trabajo. A las 24 horas de firmar su contrato Rick Carlisle viajó para entrenar una semana con él en su entorno. La franquicia rápidamente puso al dios del bote God Shamgod a su disposición para ayudarle en su faceta más floja, la creación tras bote. Y Harrison nos sorprendió a todos con su rendimiento. Ni si quiera el más optimista podía pensar que fuese a adoptar ese papel de líder anotador y de vestuario de la forma en la que lo hizo, y el que diga que sí que se lo esperaba, miente.

Este año por ahora sus números están algo por debajo que los del año pasado, pero también se debe al precio a pagar por el trabajo que está haciendo para ampliar su juego. Sus porcentajes son peores, pero también requiere menos posesiones de aclarado para anotar, y lanza menos. Su foco el pasado verano era generar más tiros libres, dar más asistencias y rebotear mejor, y en mayor o menor medida ha crecido en todas esas facetas: de 3.6 tiros libres a 5, de 1.5 asistencias a 2, y de 5 rebotes a 7.6.

Barnes no es un primer espada para un contender. Con sus progresos para tener un juego más completo probablemente ahora mismo esté pasando de ser un buen tercera espada a un buen segunda espada. Los Mavs confían que o bien Dennis Smith Jr, lo que consigan en el próximo Draft o lo que consigan como agente libre pueda colocarse como primer puntal y que Barnes sea su complemento. Veremos cómo encaja todo contractualmente, pues Harrison podría ser libre si así lo decide en el verano de 2019.

De todas formas, viendo que es una rata de gimnasio, que tiene ambición por seguir mejorando, que quiere ser un líder de vestuario, yo no me atrevo a poner un techo claro a la evolución de Harrison Barnes. Hoy tiene 25 años y medio, y los picos de carrera suelen llegar entre los 28 y 31 años. Hasta entonces tiene muchas horas de trabajo por delante.

Lo que sí que me atrevo a decir es: gracias, Kevin Durant. Contigo empezó todo.

Seth Curry. Los Dallas Mavericks daban palmas con las orejas cuando supieron que los Sacramento Kings permitían a Seth Curry convertirse en agente libre sin restricciones. Ellos mismos habían “sugerido” a su agente que si presionaban para ello tendrían una oferta por más del mínimo sobre la mesa, y así fue, Seth firmó por dos años y $6 millones.

No sabemos cuál era el plan en realidad. La idea que yo planteaba en el training camp era que pelearía con Devin Harris por minutos de dos suplente. Lo que terminó pasando es que la plaga de lesiones fue tal que no quedó otro remedio más que darle una gran cantidad de minutos. Y Seth respondió. En una temporada bastante triste de forma global, Seth fue una de las notas positivas. Cuanto más jugaba, mejor lo hacía. Cuanto más estaba en pista, mejor jugaban los Mavs. Terminó siendo titular.

Sí que sabemos que el plan para esta temporada era que Seth Curry fuese el escolta titular. Muchos pensamos que sus características son más las de un sexto hombre, pero lo bien que rindió desde el quinteto el año pasado y la voluntad de colocar a otro creador al lado de Dennis Smith Jr. marcaban ese camino. Entonces llegó su lesión por reacción de estrés, y a la espera estamos de que juegue este año.

Curry termina contrato en verano, y los Mavs tendrán early bird rights sobre él. Eso quiere decir que tendrían que recurrir a espacio salarial si quieren firmarle por más de unos $9 millones. Hace 5 meses parecía complicado renovarle, porque daba la impresión de que podría irse por encima de esa cifra. Ahora, con la lesión y el límite salarial más ajustado de lo esperado, con pocos equipos con espacio salarial, la percepción puede cambiar. Eso será cuestión de dentro de unos meses. Por ahora, Seth Curry es otro caso de jugador joven que demuestra lo que vale y relanza su carrera en Dallas.

Yogi Ferrell. Llegó la Yogi Manía a Dallas, con contrato de 10 días. Con las lesiones Carlisle lo metió como base titular cuando no habían pasado ni 24 horas de su firma, contra los San Antonio Spurs ni más ni menos, para así poder mantener a Devin Harris desde el banquillo. Y Yogi aprovechó la oportunidad con un nivel increíble. Los Mavs le firmaron un nuevo contrato que también incluía esta temporada, y el próximo verano será agente libre restringido.

Ferrell no ha vuelto a dar aquel nivel, y es lo normal. Ahora las defensas lo conocen y aquella fase mágica terminó. El base está sufriendo más, pero sigue habiendo jugador y Carlisle lo está manteniendo en un rol regular. Lo dije desde el primer momento: su techo es convertirse en un J.J. Barea, y que llegara a acercarse a su nivel significaría que ya habría tenido una carrera muy exitosa. Dallas puede tener al relevo natural del boricua, y salió casi de la nada.  Igual que Barea.

Dorian Finney-Smith. Los Mavs se sacaron de la manga otro alero defensivo con importantes problemas en ataque. Dorian fue el cuarto jugador con más minutos de Dallas de la temporada pasada, lo cual habla de la confianza mostrada por Carlisle pero también de la triste situación de ese equipo.

Esta temporada empezó en un rol más pequeño pero con un acierto de tres interesante de casi el 36%, lo cual, de mantenerse, lo convertiría en al menos respetable. Después de arrastrar molestias desde el training camp por una tendinitis en la rodilla el equipo ha decidido ponerlo en la lista de lesionados hasta que se recupere bien, lo cual podría llevarnos ya hasta 2018. Tiene otra temporada más de contrato y 24 años, así que no hay prisa.

A.J. Hammons. Cuando lees de un jugador que “por talento podría haber sido primera ronda pero tiene problemas de motor, de motivación, de energía”… malo. Dallas utilizó una segunda ronda en Hammons, y al final se deshizo de él enviándolo a Miami para liberar un poco más de dinero de cara al verano que viene.

Está promediando 9 puntos, 5.7 rebotes y 1.5 tapones… en los Sioux Falls Skyforce de la G League. Dicen que le falta energía.

Nicolás Brussino. Hubo a algunos a los que nos dolió el corte de Brussino. Por estilo y lectura de juego y porque se veía potencial, no para ser un jugador importante en la NBA, pero sí para ser un jugador de rotación si se pone a la altura física de la liga. Pero de momento los Atlanta Hawks, segundo peor balance de la NBA, le están dando aún menos oportunidades que los Mavs, lo cual no es buena señal. Probablemente lo veamos antes o después en España.

Dennis Smith Jr. Aún me sorprende que Rick Carlisle declarara en el segundo 1 de la era Dennis Smith que iba a ser el base titular. Era algo que se podía considerar evidente, pero no dio lugar a ninguna duda. Ni un “tiene muchas posibilidades pero tenemos veteranos y tendrá que ganárselo” ni nada parecido. Será nuestro base titular. Y punto.

Y eso demuestra el nivel de confianza que ha puesto Rick en el rookie. Como hizo con Barnes, inmediatamente se fue una semana en verano para entrenar con él y conocer a su familia. Todos los insiders de los Mavs resaltan la cantidad de tiempo que el entrenador pasa con el base antes, durante y después de los entrenamientos. Sesiones de vídeo en los aviones mientras el resto duermen. Alabanzas en la prensa a sus progresos defensivos cuando los periodistas solo le habían preguntado por Harris y Barea.

Dennis está promediando 28.3 minutos por partido. Ha habido un par de encuentros igualados en los que no ha disputado el final. Por ahí van las pocas críticas que pueden existir a la gestión de Carlisle del rookie. De la misma manera, Smith es el líder de porcentaje de uso de los Mavs cuando está en pista, el que más posesiones ofensivas utiliza, y también el líder entre todos los rookies. En otros finales igualados sí que ha estado, en unos casos a buen nivel, en otros fallando canastas precipitadas en el intento de ganar partidos.

En mi opinión, el trabajo con Dennis Smith hasta el momento está siendo muy bueno. Las oportunidades que está teniendo no se miden en cantidad de minutos, sino en calidad de minutos. Dennis podría estar promediando 34 minutos pero tener un nivel de uso menor y estar aprendiendo menos. Y podríamos debatir cuánto de bien harían esos 5 minutos por partido más a una rodilla que ya nos ha dado un susto este año.

Los Dallas Mavericks han hecho un all-in con Dennis Smith Jr., Rick Carlisle incluido. Pero quieren hacer una gestión inteligente. Que entienda que los minutos se ganan. Que ser la gran esperanza no se traduce en 35 minutos y todos los lanzamientos que quieras automáticamente. Está creciendo dentro del sistema, creciendo como jugador de equipo, y está jugando con veteranos. No puede ser lo mismo aprender junto a otros cuatro jovencitos inexpertos aunque seas su líder y metas 30 puntos que aprender junto a veteranos con la trayectoria de Dirk, Barea, Devin, Matthews o Barnes aunque tú tengas que brillar un poco menos. Son 20 años recién cumplidos, su momento de lanzar 20 veces y promediar 34 minutos por partido llegará.

Dennis progresa adecuadamente y la gestión es la correcta.

Maxi Kleber. El ultimo caso de proyecto de jugador de rotación pescado como agente libre undrafted. Con casi 26 años, Kleber no era un jugador de élite en Europa, pero los Mavs identificaron varias cualidades que necesitaban: alguien alto, móvil, capaz de rebotear y de meter de 3. Con esas armas se presentó el de Wuzburg en Dallas, y con ellas Rick Carlisle lo plantó como titular en su 10º partido en la NBA.

Desde que es titular ha dado equilibrio a la rotación y los Mavericks están jugando mucho mejor. Que él inicie junto a Dirk tiene otras dos consecuencias:
  • Pasa a Barnes al puesto de tres, donde está empezando a usar también sus armas ofensivas y a no depender solo de ventajas de velocidad emparejado con otros cuatros, y donde no tiene que pegarse ya desde el comienzo con los interiores rivales, algo que le desgasta mucho. Desde que Kleber es titular curiosamente Barnes promedia más rebotes, 8.4, más tiros libres, 5.5, y más asistencias, 2.5.
  • Wes Matthews regresa a su puesto natural de escolta. Por mucha agilidad y tenacidad defensiva que le permita defender a aleros, el puesto natural de Wes es el de dos. Allí se enfrenta a jugadores de su tamaño y, al igual que sucede con Barnes, no sufre tanto desgaste, lo cual le beneficia también en la faceta ofensiva, donde además también le defiende alguien más bajo, no un alero. Desde que Kleber es titular Matthews promedia un 45% en triples, 3 asistencias y una sola pérdida por partido.
Todo esto tan positivo no se traduce luego en grandes número de Maxi (5 puntos, 4.4 rebotes, 33% en triples desde que es titular), pero sí en una rotación mucho más equilibrada, y por ahora parece que así seguirá.

Nerlens Noel. Ha llegado el punto en el que creo que todo está dicho. Mi conclusión es la expuesta en el último artículo al respecto: Noel está sirviendo de ejemplo. La tranquilidad con la que parece que ambas partes están llevando el asunto es curiosa, eso sí, al menos por la parte del jugador. Este 15 de diciembre es el primer día en el que el pívot puede ser traspasado.

Este es el reparto de probabilidades que veo ahora mismo:
  • Que Noel sea traspasado: 20%
  • Que Noel sea cortado después del trade deadline: 40%
  • Que Noel termine la temporada en Dallas y se vaya en verano: 30% 
  • Que Rick Carlisle grabe una película con Jim Carrey: 3.3%
  • Que Rick Carlisle toque el piano en un concierto de Foo Fighters: 3.3%
  • Que Noel se retire y monte un puesto de perritos calientes: 3.3%
  • Que Noel renueve con los Mavericks en verano: 0.1%

Solo estamos en diciembre, claro, todo puede cambiar. Es posible que a Carlisle le vayan más Metallica que Foo Fighters. 
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No sé si al final todo esto está o no relacionado de alguna forma con Rick Carlisle, o si ha quedado un batiburrillo sin mucha unión y que deja indiferente. En algunos casos hay algún tipo de relación, sea positiva o negativa, y en otros simplemente Rick no tuvo nada que ver.

En el global, si nos fijamos en los jugadores jóvenes de la lista, no podemos decir que Carlisle haya tenido mucho talento joven con el que trabajar, y casi todos los que han pasado por sus manos y no han jugado luego tampoco han despuntado en ningún otro lugar, con Crowder como excepción. De la misma forma, hay casos en los que se le podría atribuir una participación positiva en el desarrollo de un jugador joven, como con Barea, Aminu o Brandan Wright. Y si hacemos cuentas no hay dudas: hay más jugadores jóvenes que han relanzado su carrera en Dallas que aquellos que no han brillado en Dallas y si lo han hecho fuera.

De cualquier forma, al menos creo que nos ha quedado un repaso histórico a algunos de los perfiles que han pasado por los Dallas Mavericks en los últimos años. Y puestos todos en un mismo espacio la lista de personalidades que sale es, cuanto menos, curiosa. 
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