Como comentábamos ayer, los tres principales bases de los Dallas Mavericks pasaron por el quirófano durante el pasado verano. De Deron Williams ya sabemos que tiene el alta médica, J.J. Barea se sometió a una artroscopia pero unas semanas después ya jugaba con Puerto Rico, y el tercero en discordia es Devin Harris, pero este parece que no estará a pleno rendimiento cuando comiencen los entrenamientos el próximo martes.
Harris se operó por partida doble durante el mes de mayo: de un ligamento roto en un dedo de su mano izquierda, y de su ya conocido y problemático dedo gordo del pie izquierdo. Aquellos con buena memoria recordarán que se trata del mismo dedo "dislocado" por el cual los Mavs anularon el primer contrato que habían firmado con Devin en el verano de 2013 (anulación que permitió firmar a Monta Ellis).
Harris volvió a firmar con Dallas pero por el mínimo (al verano siguiente recibiría el contrato que habían acordado en primer lugar), y aquella lesión, que ya requirió una operación, le impidió jugar hasta finales de enero.
El caso es que aquella operación no debió de ser del todo satisfactoria, porque el base de los Mavericks ha arrastrado problemas en ese mismo dedo desde entonces. En la última campaña se perdió 10 partidos consecutivos entre enero y febrero, con parón del All Star incluido, por ese motivo, mientras consultaba las opiniones de diferentes doctores. En ese momento optó por la opción más conservadora para poder jugar a pesar del dolor (jugaba infiltrado prácticamente todas las noches y cuando no estaba en la pista casi tenía que ir con muletas), pero una vez finalizada la temporada decidió operarse.
Ahora parece que llega justo o, al menos, un poco justo al training camp, y aunque ya hace tiempo que no lleva las muletas, parece que los Mavericks se lo tomarán en calma esperando que el dedo permita a Devin Harris tener por fin una temporada sano. Y, si no, siempre se podrá amputar.
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