La reconstrucción de Iron Man, parte 2

 


El Oregon Live ha seguido publicando informaciones de primera mano sobre la recuperación de Wesley Matthews. Se debería leer antes la primera parte

Cuando se abrió el periodo de agentes libres el día 1 de julio, Wesley Matthews esperó una oferta de los Trail Blazers. Habia deseado poder regresar a la ciudad que le acogió, con los jugadores a los que consideraba hermanos, a la franquicia donde se convirtió en uno de los escoltas más completos y respetados de la NBA. 

Pero al final, tras cinco temporadas, el sentimiento no era mutuo. 

Fue respondido con silencio. No hubo llamada telefónica. No hubo mensaje de texto. Los Blazers nunca le hicieron una oferta. 

"Estaba cabreadísimo", dijo Matthews. "Sentí que me faltaban al respeto". 

Él creía sinceramente que era una opción viable para los equipos, incluso mientras continuaba recuperándose de su lesión en el aquiles. En los días anteriores su entorno filtró a ESPN un vídeo suyo trotando, haciendo movimientos laterales y lanzando a canasta. Quería mandar el mensaje de que estaba por delante del calendario de recuperación previsto. 

También se filtró que esperaba cobrar $15 millones la próxima temporada. Era un número intocable para los Blazers, aunque técnicamente sí pudieran permitírselo. Pero después de lo ocurrido con Brandon Roy y Greg Oden, Paul Allen no iba a hacer una gran inversión en un jugador lesionado. Neil Oshley explicó que la única opción de que los Blazers renovaran a Matthews era que LaMarcus Aldridge también lo hiciera. Y no fue así. 

"Estaba enfadado", dijo Matthews, "pero también me doy cuenta de que esto es un negocio". 


No hubo nada divino durante el primer mes después de la operación del 11 de marzo. El dolor era horroroso, y sus muletas y la necesidad de tener el pie en alto 20 horas al día, incómoda. Para que fuera aún peor, los Blazers se derrumbaron tras su ausencia, terminando la temporada 11-16 y cayendo sin dar guerra contra Memphis. 

Pero en algún lugar entre el dolor y la frustración, y en algún lugar entre la rehabilitación y la planificación para la agencia libre, Matthews redescubrió una parte de sí mismo. 

Entre el orgullo de viajar al All Star Weekend como uno de los mejores triplistas de la liga, y detrás de su creciente popularidad fuera de Portland, aún había un chico que fue undrafted en 2009. Había un jugador que una vez perdió su puesto de titular en Portland, a lo que respondió con una sesión de lanzamiento nocturna hasta altas horas de la madrugada. 

Cortó con su creciente fama y pensamientos de fortuna, y reconectó con su rol favorito, el de tapado. 

Siempre se había enorgullecido por ser un luchador, uno que superaba las adversidades. Pero según fue creciendo su perfil en la NBA se encontró con que quizás, solo quizás, ese fuego había ido apagándose, incluso aunque no se notase en la pista. 

Durante la rehabilitación empezó a sentirse como antes: motivado, determinado a demostrar que aquellos que dudan de él se equivocan. La lesión, según descubrió, sirvió para reavivar su fuego. 

"Quizás esto pasó para que continúe empujando, para que siga luchando", dijo Matthews. "Quizás estaba conformándome demasiado. Quizás me conformaba con todo lo que había hecho". 

Antes de la agencia libre dijo que pensaba que valía $15 millones, y recuerda que la gente le llamó loco, ridículo. Entonces vio cómo empezaba el periodo de agentes libres. DeMarre Carroll se llevó $15 millones. Khris Middleton, $14. 

"Sin faltarles al respeto, me elegiría a mí mismo 10 de cada 10 veces", dijo Matthews. 

Gracias a la lesión, su pasión fue renovada y sus preguntas - ¿por qué? ¿por qué ahora? ¿por qué yo? - contestadas. 


Bueno, todas las preguntas menos una. 

En Portland había sido el corazón y el alma del equipo, pero nunca la estrella. Nunca habían confiado en él para que hiciese la jugada correcta en los momentos decisivos. Nunca habían contado con él para que liderase el equipo. 

¿Había algún equipo dispuesto a darle esa oportunidad? 

En las primeras horas de agencia libre, el silencio de Portland fue roto por una llamada de Dallas. 

Era Mark Cuban, el dueño de los Dallas Mavericks. Con Cuban los Mavs tienen una ventaja: es un dueño afable y directo, y su personalidad es una herramienta para reclutar gente. Matthews dijo que de su boca salió una palabra que cambió todo: 

Piedra angular. 

"Una de las primeras cosas que me dijo fue que quería que fuese una piedra angular del futuro de la franquicia", dijo Matthews. 

Dos días después, llegó a un principio de acuerdo con los Mavericks. El 9 de julio firmó un contrato de $70 millones por cuatro años, una media de $17,5 millones por temporada, unos $10 millones más de los que ganó la campaña pasada. 

"Le dije a Cuban esto el otro día: esta es la primera vez que, de los pies a la cabeza, una organización ha tenido esta fe y confianza en mí", dijo Matthews. "Desde los entrenadores, al GM, al dueño, completa confianza. Eso es todo lo que quería. Eso es todo lo que quería". 

Ahora, incluso con su nuevo contrato, aún no ha asumido lo enorme del nuevo salario. Aún tiene mucha rehabilitación por delante y el objetivo de jugar en el primer partido de la temporada. 

"Tengo mucho trabajo que hacer, no voy a ponerme a descansar ahora", dijo.



Se encuentra en Madison. El doctor ya le deja driblar y lanzar, y se está centrando en aumentar el rango de acción de su aquiles, para poder saltar bien, y que esté lo suficientemente fuerte como para poder esprintar, frenar y cambiar de dirección sin problemas. 

Cuando salió el calendario de la temporada, lo primero que hizo fue marcar tres fechas en el mismo. El 1 de diciembre, el 20 y 23 de marzo. Los enfrentamientos entre Mavericks y Blazers. 

"Esos días mi espíritu competitivo estará al máximo", dice Matthews. "Y ahora, que tengo una franquicia entera apoyándome, imagina que clase de perro de presa puedo llegar a ser". 

Aún tiene mucho trabajo por delante, pero ya puede recordar sus lágrimas, su frustración y los obstáculos que está superando y ver cómo se convierten en cosa del pasado y en una motivación más para seguir. 

"Estoy más fuerte cada día, y hago más cada día que pasa", dijo Mathews hace un par de semanas a Mavs Moneyball. "Estoy lanzando, driblando... cada día puedo hacer más cosas". 

Hace unos pocos días, volvió a recibir buenas noticias del doctor

"Sigo diciendo que voy a estar listo para el primer partido de temporada regular", continuó el escolta. "Cualquiera que me conozca en esta liga sabe que voy a dar el 150%. Van a tener que matarme si quieren frenarme. Por ahora lo que estoy atacando es mi rehabilitación". 

Iron Man está cerca de completar su reconstrucción en cuerpo y alma, y dice que esta versión será aún mejor que la anterior. 

Una foto publicada por Wesley (@wessywes23) el
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