Ventajas que se convierten en desventajas, falta de defensa y otros problemas de los Mavs



Ha sucedido ya varias veces en lo que va de temporada: los fans de los Mavs (también conocidos como mavsoquistas) están tranquilamente viendo el partido, comentando las acciones de juego, ya sea por Twitter o en el foro de Basketamericano. Pero, de repente, la tranquilidad llega a su fin. Estos fans empiezan a sentir una mezcla de nervios y depresión, se vuelven pesimistas, lo ven todo perdido. Los Dallas Mavericks acaban de lograr una ventaja de 17 puntos.



El hecho es que el equipo entrenado por Rick Carlisle no es capaz de mantener una ventaja ni aunque le fuese la vida en ello. En lo que va de temporada, los Mavericks han perdido tras tener ventajas de 17, 17, 18 y 19 puntos. Además, a punto estuvieron de tirar una ventaja de 10 puntos con menos de tres minutos por jugarse en Phoenix, una de 21 puntos en Minnesota con falta no pitada a Kevin Love en el último lanzamiento, una de 11 puntos contra los Pelicans con falta no pitada a Austin Rivers en el último segundo, y una de 24 puntos hace dos días en Cleveland. 

Aquellos con mejor memoria quizás recuerden que los Dallas Mavericks de 2010-11, los que terminaron siendo campeones de la NBA, tenían el mismo problema para mantener ventajas largas (pregunta que no tiene nada que ver con el tema: los Knicks de 2012 se convirtieron en una especie de continuación del proyecto que los Mavs cerraron en 2011. ¿Estaremos viendo en los Knicks de 2014 lo que hubiese pasado a los Mavs este año si hubiesen mantenido el bloque?). Sin embargo poner al equipo actual de los Mavericks en la misma frase que aquel suena casi insultante. 

Muchas pueden ser las causas de estos colapsos. Mis favoritas: relajación mental y, sobre todo, una grave carencia defensiva. Oh, qué sorpresa, la defensa. 

Las grandes ventajas normalmente se pueden construir con una defensa decente y un ataque acertado. De hecho, así es como las han estado logrando Nowitzki y cia hasta ahora. Pero para defender una gran ventaja no puedes limitarte a intercambiar canastas con el rival, porque tienes el riesgo de que él empiece a meter más que tu: para defender una gran ventaja necesitas seguir manteniendo tu defensa, al menos, a un nivel normal. Y esto es lo que no están consiguiendo. 

Por supuesto, también hay otros factores, como el rebote y la concesión de segundas oportunidades, lo que se vio evidenciado en Cleveland en cuanto Dalembert se marchó lesionado. Porque, como ya hemos visto durante esta primera mitad de temporada, lo queramos o no Dalembert es una pieza clave de este equipo. No es casualidad que en los partidos en los que es titular los Mavs tengan un balance 19-10 (haciendo algo de trampa, esto quiere decir que tendrían tres victorias más si hubiese iniciado todos los partidos, lo que equivaldría a un récord 28-15, similar al de Clippers). Y eso evidencia problemas de construcción de plantilla, porque, aunque a muchos les guste utilizarle como chivo expiatorio de todos los males de los Mavs, no es su culpa ser el mejor pívot defensivo puro del equipo.

Pero no nos engañemos: el mismo Mark Cuban reconoció en verano que este era un equipo a medio hacer (a lo que acompañó diciendo que terminarían la construcción con uno o dos buenos fichajes este próximo verano; veremos). Esta es una plantilla construida al vuelo a partir del momento en el que tanto Chris Paul como Dwight Howard se quedaron fuera de alcance. Cuando se firmó a José Manuel Calderón nunca se pensó que se le iba a emparejar con Monta Ellis: la idea era que el español tomase las riendas del ataque como principal director de juego, y que Dallas viviese de sus decisiones. 

El verano pasaba, y Cuban seguía teniendo unos 8 millones en la cartera para gastar, pero no había ya ningún jugador desequilibrante que encajase en el proyecto de aquel momento. Al mismo tiempo, el caché de Monta Ellis, un jugador de los que marca diferencia en ataque a pesar de su poca eficiencia y su defensa igual o peor que la de Calderón, fue bajando y bajando. Los Mavs tenían ocho kilos libres y necesitaban un escolta. Ellis necesitaba un contrato y un equipo donde volver a ganarse el respeto. Y así, renunciando al primer plan y a cualquier posibilidad de tener cualquier atisbo de defensa exterior, se hizo esta unión. Basada en las circunstancias. Pero también en el "vamos tirando con esto y ya trataremos de arreglarlo más adelante".

Existe la posibilidad de que los Mavericks se muevan aún en el mercado de traspasos. Como a Cuban y Nelson les gusta decir, "seremos oportunistas. Siempre estamos buscando formas de mejorar el equipo". Pero lo cierto es que no hay ninguna solución mágica disponible ahora mismo que solucione todos los problemas de esta plantilla. Seamos realistas: Dallas no tiene piezas atractivas para hacerse con un Omer Asik mediante traspaso. O un Greg Monroe. Quizás ni siquiera un Larry Sanders. No, Deshawn Stevenson no, si no está en la liga es por algo. Andre Miller en este punto no te aporta más que Devin Harris. ¿Spencer Hawes? ¿Kosta Koufos? Ahí quizás tengamos algo de qué hablar. 

Por el momento, Dalembert seguirá siendo la pieza clave en la defensa de la zona y el rebote los días que suene el despertador, y Devin Harris tendrá que cumplir con el papel de defensor exterior junto a Shawn Marion y Jae Crowder en menor medida. Pensaba que iba a tardar más, pero contra los Cleveland Cavaliers, en su segundo partido de la temporada, Rick Carlisle ya fue con la pareja Harris - Ellis para cerrar el partido. 

Harris tiene el potencial de añadir equilibrio al trío exterior que forma con Calde y Ellis (cuarteto si Larkin se mantiene al nivel de los últimos partidos). Pero surge otro problema: la pareja más equilibrada en cuanto a complemento de cualidades es Devin - José. Por la penetración y defensa del primero, y el control del balón y lanzamiento de tres del segundo. Sin embargo, en los minutos finales los de Carlisle NECESITAN, en mayúsculas, la habilidad para crear juego y lanzamientos de Ellis. Esto va a hacer que Monta esté siempre en pista. Y llega el dilema: ¿acompañarle con triples (Calderón) aun a riesgo de tener una defensa exterior vulnerable?; o ¿acompañarle con defensa (Harris) con el problema de no tener un lanzador que aproveche sus penetraciones con triples?

Este será un dilema con el que Rick Carlisle tendrá que tratar partido a partido. 

La falta de equilibrio en la plantilla, y quién sabe si el problema a la hora de mantener ventajas, será un problema con el que él y todos los Mavsoquistas tendremos que sufrir hasta verano. 
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