Una historia resbaladiza

Era 11 de octubre de 1984 y Dallas Mavericks y Philadelphia 76ers se enfrentaban en partido amistoso en el antiguo Reunion Arena de Dallas.

El encuentro suponía la primera vez que se utilizaba aquella pista desde la temporada anterior, y a quien quiera que fuese el encargado de protegerla durante el verano se le fue la mano con algún producto.

La pista estaba tan resbaladiza que el partido tuvo que retrasarse mientras los empleados se apuraban en tratar de "secar" la pista y conseguir que no resbalase.

Cuando se llevaban dos minutos de partido, el base de los 76ers, Maurice Cheeks, resbaló y se dió un golpe monumental, por lo cual los árbitros decidieron parar el encuentro. Un grupo de 27 personas pasó los siguientes 37 minutos tratando de arreglar el estropicio con mopas, toallas y escobas.

En encuentro pudo reanudarse, tan solo para que apenas 5 minutos después fuese Rolando Blackman quien se estrellase peligrosamente contra el suelo y se hiciese daño en la cadera. Parece ser que dos duros golpes fueron suficientes para suspender el partido, que marchaba con un 24 - 14 favorable a los 76ers en el marcador a falta de 3:19 en el primer cuarto.

"No fue una decisión difícil de tomar" dijo Norm Sonju, propietario minoritario de los Mavs en la época.

La decisión fue más obvia cuando después del no-partido se supo que tan solo 3 horas antes del comienzo del amistoso Rolando Blackman había renovado con los Dallas Mavericks por 10 temporadas

Los Mavs se han enfrentado a una pista resbaladiza en otra ocasión, el 11 de marzo de 1999 contra los Phoenix Suns. El inicio del encuentro se retrasó 78 minutos, y aunque el árbitro Bennett Salvatore asegura que estuvo a punto de no jugarse, al final se disputó. Don Nelson dió la oportunidad a sus jugadores de que, quien quisiera, podría no arriesgar ese día y descansar, y Robert Pack, quien sufría lesiones habitualmente, fue el único que lo aceptó.

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