Entre entrenamiento y entrenamiento, Dirk Nowitzki hace un hueco para que el periódico alemán BILD le realice una entrevista.
-¿Qué ha cambiado en tu vida ahora que eres campeón de la NBA?
"En Dallas apenas me podía mover. En el aeropuerto la gente salía corriendo de las tiendas y gritaban como si estuviésemos en los 60 y yo fuese uno de los Beatles. Es todo mucho más extremo que antes. De vacaciones en el Caribe me reconocían en todas partes. Y ahora en los SMS que recibo de mis compañeros de equipo siempre empiezan con "Hallo, Meister" ("Hola, Maestro")".
-¿Has asimilado ya lo que conseguisteis?
"Creo que después de las vacaciones ya lo he asimilado un poco más. Lástima que las últimas semanas hayan volado tan rápido. Después de lo sucedido en 2006, hemos celebrado mucho más para quitarnos aquella derrota de la cabeza. Pense que todos íbamos a despertar con una gran resaca después de algunos días, pero fueron celebraciones bastante civilizadas. En el equipo muchos tienen novia o esposa".
- Y por primera vez se te ha visto con tu novia en público.
"Jessica es muy buena (risas). La cosa está funcionando muy bien y estoy feliz con ella. Vamos a ver qué sucede".
- Hubo rumores de compromiso, ¿hay algo de cierto?
"No, el rumos surgió justo antes del primer partido de las Finales, al parecer me había comprometido antes del primer partido contra Miami. Aún después del título hay gente que me felicita por el compromiso, pero no es cierto".
- ¿Qué objetivos profesionales te has planteado ahora?
"Me he tomado un tiempo este verano para volver a motivarme de nuevo. Me gustaría volver a los Juegos Olímpicos y ganar otro campeonato de la NBA, por supuesto".
- En USA dicen que te has convertido en el rey del marketing.
"La verdad, no lo entiendo. Nunca me he visto como una marca, siempre he jugado al baloncesto por diversión. Mi tiempo libre es demasiado valioso para mi y como mucho hago un par de pequeños anuncios por verano. Es poco pero suficiente para mi".
- Pero dicen que podrías estar dejando de ganar muchos millones.
"Claro, por poder, podría ganar más aún. Pero yo no soy así. Yo no empecé a jugar al baloncesto para ganar dinero, aunque esté bien que ya no tenga que preocuparme mucho por el dinero".
Por MATTHIAS MARBURG