Donnie Nelson, y el reconocimiento que se merece

Donnie Nelson, y el reconocimiento que se merece


Pat Riley y Gar Forman fueron nombrados ejecutivos del año de la NBA. Forman firmó a Carlos Boozer, Kyle Korver y Ronnie Brewer para juntarlos con Derrick Rose, Luol Deng y Joakim Noah. Riley logró juntar al Big 3: Lebron James, Dwayne Wade y Chris Bosh.

Ambos fueron premiados merecidamente.

Otros que recibieron votos fueron John Paxon, RC Buford, Sam Presti, Billy King o Donnie Walsh.

Nadie se acordó de Donnie Nelson. Quizás por su propia tendencia a permanecer en la sombra, nadie suele hacerlo. Normalmente, todos se acuerdan del más visible y vocal Mark Cuban.

Cuban pone el dinero y su opinión, pero es Donnie Nelson quien realiza la planificación de la plantilla, las negociaciones, los traspasos, los scoutings, quien toma la última decisión en el Draft...en otras palabras, es la cabeza pensante. El verdadero cerebro que maneja la billetera de Cuban.

Pese a haber construido un equipo que ha llegado y superado las 50 victorias durante 11 temporadas consecutivas (la primera mitad de ellas junto con su padre), Nelson había recibido muchas críticas porque eso hasta ahora no se había convertido en ningún título.

Hasta ahora.

Una temporada más, Nelson volvía a hacer su trabajo de forma excelente.

Cuando Caron Butler sufría la lesión que daba por terminada su temporada, los fans de los Mavs empezamos a pedir inmediatamente un gran traspaso. Pero no ocurrió. Cuando pasó el trade deadline y ni Stephen Jackson, Gerald Wallace o Tayshaun Prince llevaban la camiseta de los Mavs, muchos de esos fans, acostumbrados a grandes traspasos, no lo entendieron.

Meses antes, en verano, los Mavs esperaban poder conseguir a una de las estrellas de la liga con el contrato de Erick Dampier, el DUST CHIP. Mientras Nelson cerraba en Alemania la renovación de Nowitzki, Mark Cuban viajaba a Los Angeles para tentar a algunos agentes libres y Jason Kidd hacía lo mismo en New York.

Sin embargo, los perseguidos Joe Johnson, Lebron James y compañía prefirieron renovar o llevar sus talentos a otras ciudades.

En la segunda semana de Julio, y ante la sorpresa general, los Dallas Mavericks anunciaban que mandaban a Erick Dampier, Eddie Najera y Matt Carroll a Charlotte a cambio de Tyson Chandler, un buen pivot pero con graves problemas de lesiones. Nelson explicó que el médico del equipo aseguraba que estaba en una gran condición física, y que era un movimiento para pelear con los Lakers. Muchos miembros de la prensa aseguran que tuvieron que aguantarse para no reír. Muchos fans se enfadaron o sintieron defraudados.

Chandler no fue el único pívot que añadieron los Mavs en verano. Con él llegó Alexis Ajinca, y ficharon al también francés Ian Mahinmi, ex de los Spurs.

Durante el training camp, los Mavs decidieron dar una oportunidad a dos jugadores marginales como Steve Novak y Brian Cardinal. Su esfuerzo convenció tanto a Rick Carlisle y Donnie Nelson que decidieron quedarse con los dos. Cuando Novak tuvo que ser cortado para mantener la flexibilidad, Nelson le dio dos contratos de 10 días a Sasha Pavlovic, quien tuvo una buena actuación y fue despedido con una ovación.

Nelson le dio también una oportunidad a otro jugador muy mermado por sus lesiones: Peja Stojakovic. Desde su llegada a Toronto traspasado desde New Orleans Peja apenas jugó, y que su situación acabaría con un buy out era evidente. Nelson se adelantó a todos, pidió permiso a lo Raptors para negociar con su agente, y dos semanas después Stojakovic era jugador de los Mavs.

Por último, en el mes de Marzo ya, los New York Knicks cortaban por sorpresa al joven Corey Brewer, después de que este llegase desde Minnesota en el traspaso de Carmelo Anthony. Los mejores equipos de la liga se interesaron por él, pero fue Nelson quien se llevó el gato al agua, en gran parte porque pudo utilizar la MLE que había guardado en verano para asegurarle un contrato de larga duración justo antes de la negociación del nuevo convenio colectivo.

Hoy, sabemos que Corey Brewer fue clave en la victoria de los Dallas Mavericks en el G1 de las semifinales de Conferencia en Los Angeles, saliendo con una desventaja de 15 puntos y revolucionando el partido para que los suyos venciesen a los Lakers y posteriormente les barriesen después de este cambio de rumbo.

Hoy, sabemos que pese a su mal nivel en las Finales, Peja Stojakovic fue clave con sus triples contra Portland y en especial contra los Lakers, serie en la que promedió un 52,1 % desde la línea de 3 puntos.

Hoy, sabemos que Brian Cardinal e Ian Mahinmi siempre estuvieron preparados y dieron un paso adelante cuando más se les necesitaba, con grandes contribuciones de ambos en especial en el 6º partido de las Finales, el definitivo para la consecución del anillo.

Y, por último, hoy sabemos que Tyson Chandler es el jugador que ha cambiado la cara a este equipo, convirtiéndose en uno de los líderes emocionales del grupo y el líder indiscutible de la defensa, elevando además el nivel de dureza física y mental del grupo. Durante la temporada regular y especialmente en Playoffs, Chandler fue el pivot que tanto habían ansiado los Mavericks, la perfecta pareja para Nowitzki en la zona.

"No somos un equipo perfecto" decía Nelson hace unas semanas. "En muchos sentidos, tenemos a muchos jugadores cuyos ex equipos ya no confiaban en ellos por la razón que fuese. Esto es como la isla de juguetes rotos o inadaptados. Kidd era demasiado viejo, Dirk era la estrella que no era una estrella, Chandler era el jugador con cuyas lesiones nadie quería lidiar, Stojakovic era un desecho, Marion estaba peor físicamente, Stevenson era un jugador problemático... y parece que todos juntos han encontrado su sitio y están más cómodos que nunca".

Puede que Nelson nunca reciba un reconocimiento a sus méritos en forma de premio al ejecutivo del año, un premio directamente relacionado a los grandes traspasos. Pero sin duda es uno de los mejores de la liga, y al mismo tiempo uno de los menos reconocidos.

Al igual que las camisetas de Dirk Nowitzki y, seguramente, Jason Terry (quién sabe si Jason Kidd) acabarán colgando junto con las de Rolando Blackman y Brad Davis en el AAC, la camiseta y los vaqueros de Nelson (ya que no suele utilizar traje) deberían ser colgadas en las oficinas de los Mavs.

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