Los Dallas Mavericks continúan siendo una máquina perfectamente diseñada para el éxito durante la temporada regular. Por undécima temporada consecutiva han logrado pasar de la barrera de las 50 victorias, algo solamente conseguido también por los Angeles Lakers de Magic Johnson y los San Antonio Spurs. Durante esas 11 temporadas Dirk Nowitzki ha sido la constante, y las piezas secundarias han ido cambiando, pasando por Michael Finley, Steve Nash o Josh Howard en el pasado, y llegando hasta Jason Terry, o Jason Kidd en el presente.
Desde que llegasen a la Final en 2006, los Mavericks cuentan sus participaciones en Playoffs como 3 eliminaciones en primera ronda – Warriors, Hornets y Spurs- y una en segunda ronda – Nuggets-, algo inadmisible para una franquicia que se considera a si misma candidata a todo temporada tras temporada. La duda está en saber si un equipo diseñado a la perfección para temporada regular y entrenado por un técnico conocido por ser excelente durante esta pero también por ser superado por otros entrenadores en postemporada podrá en esta ocasión cumplir con las expectativas creadas al principio de la temporada.
Los Mavericks consiguieron otra pieza más la temporada pasada con Caron Butler. Tras un verano de exigente entrenamiento y una pretemporada entera con el equipo, parecía que Butler por fin podría ser un digno escudero para Nowitzki, un segunda espada, algo que los Mavs llevan tiempo buscando. Durante prácticamente la primera mitad de la temporada, Butler y Nowitzki encajaron a la perfección, lo que sumado al gran nivel mostrado en la zona por Tyson Chandler llevó a los Mavericks a uno de los mejores inicios de una temporada en su historia.
Sin embargo llegaron las lesiones, y con ellas los malos lesionados. Primero fue Nowitzki con un esguince de rodilla que le mantuvo fuera de las canchas durante un mes, el periodo más largo durante el cual ha estado lesionado en su carrera. Y luego llegó la lesión de Butler, quien tenía que ser operado tras romperse el tendón rotuliano para, salvo milagro de última hora en Playoffs, perderse lo que resta de temporada.
Después del All Star, y con casi cinco meses de retraso, se produjo el regreso de su lesión de Rodrigue Beaubois, añadiendo una pieza más al puzzle de los Mavs. Tras un periodo de tiempo muy largo sin jugar y una temporada rookie con pocos minutos, Roddy aún continúa adaptándose al juego de la NBA sobretodo a nivel defensivo, y por el momento no ha sido la amenaza que muchos esperábamos de él, pero al mismo tiempo se pueden ver sus progresos en todas las facetas del juego y quizás sea el “factor X” de los de Carlisle en Playoffs.
Con la grave lesión de Butler, las oportunidades de los Mavs de luchar por el anillo se redujeron considerablemente. Para tratar de minimizar el impacto de esta lesión y sin recurrir al mercado de traspasos donde seguramente tendrían que haber pagado cara la incorporación de un alero de nivel, Mark Cuban optó por hacerse con los servicios de dos de los agentes libres más codiciados después de desvincularse de sus respectivas franquicias: Peja Stojakovic y Corey Brewer. El primero ha tenido buenas noches con la camiseta de Dallas, pero con sus problemas de espalda molestando no ha encontrado regularidad. El segundo es más visto como una inversión de futuro y no ha contado apenas para Carlisle, salvo por algunas buenas actuaciones justo en la recta final de la campaña.
Cabe destacar, un año más, la gran temporada realizada por Dirk Nowitzki. El alemán ha recibido más descanso esta temporada, ha jugado menos minutos y por lo tanto sus números se han resistido un poco, pero nada que indique un bajón ni mucho menos. Su porcentaje de lanzamiento es el mejor de su carrera, y su juego ofensivo sigue siendo prácticamente indefendible. En Diciembre sufrió una lesión de rodilla que le mantuvo alejado de las canchas durante 3 semanas, lo que le hizo perderse 9 partidos, el mayor número de su carrera, y necesitó casi otro mes para volver a su nivel de juego anterior. Durante este tiempo los Mavs pasaron su peor racha de la temporada, y evidenciaron que sin su estrella son un equipo del montón. Pese a que parece claro que el MVP irá a la Conferencia Este, ya sea para Lebron James o Derrick Rose, muchos expertos también han considerado a Nowitzki como uno de los grandes candidatos al premio de mejor jugador.
Hay otros dos jugadores cuya temporada merece ser destacada justo por detrás de la del alemán: El primero es Tyson Chandler, llegado en verano a cambio de Erick Dampier, Matt Carroll y Eddie Nájera desde Charlotte Bobcats. El pivot hizo callar a aquellos que se mostraron críticos con el traspaso e incluso sobrepasó las expectativas de los más optimistas, convirtiéndose en el líder de la defensa de los Mavs y en el que posiblemente sea el mejor pivot que ha jugado al lado de Nowitzki.
El otro jugador que merece mención a parte es Shawn Marion. El alero ha aceptado cualquier rol que le ha impuesto Carlisle, y lo ha realizado a la perfección, ya sea como suplente o como titular. Desde la lesión de Butler dio un paso al frente y especialmente en las últimas semanas se ha podido ver su mejor nivel, promediando 17,6 puntos y 8 rebotes en el mes de Abril. La temporada pasada de Marion también fue buena, pero desapareció cuando llegaron los Playoffs, algo que los Mavs esperan que no suceda también esta temporada.
En la recta final de la Regular Season los Mavericks sufrieron otro bache. Durante el último mes de competición su juego no era igual de efectivo, mientras vencían a equipos flojos y perdían contra los importantes, y coincidiendo con dos partidos de descanso para el veterano Jason Kidd y los problemas de espalda sufridos por Tyson Chandler, los de Carlisle perdieron 4 encuentros consecutivos, creando muchas dudas a su alrededor y dando motivos a los que piensan que estos Playoffs serán una nueva decepción para los de Dallas. Sin embargo, en los últimos partidos alcanzaron una racha de 4 victorias seguidas, y gracias a las derrotas de los Lakers volvieron a pelear por la 2ª plaza de la Conferencia Oeste, la cual habían dado ya por perdida semanas atrás. Finalmente quedaron empatados con los angelinos, pero estos tenían ganado el desempate.
Qué les espera en Playoffs? Tras varias buenas temporadas regulares seguidas de fracasos en postemporada, los Dallas Mavericks son toda una incógnita. De cualquier otro equipo con 57 victorias se esperaría al menos aspirar a la Final de Conferencia, pero con los Mavs no se puede evitar tener la sensación de que perfectamente pueden irse a casa en primera ronda.
Su rival, los Portland Traiblazers, llegan en un buen momento, y ya han demostrado a los Mavs varias veces de lo que son capaces. En temporada regular se repartieron las victorias, con un balance de 2-2 entre ellos.
Para evitar un nuevo desastre, tienen que suceder varias cosas. La primera, que los jugadores destacados anteriormente, Nowitzki, Marion y Chandler, continúen al nivel mostrado durante la temporada regular. Después, Jason Terry deberá dar un paso al frente, tras haber casi desaparecido en el momento de la verdad en las últimas temporadas. Se desconoce como responderá Beaubois, y se le pedirá no cometer errores al mismo tiempo que presiona a la defensa rival, mientras que Kidd por su parte necesita tener la frescura de ideas necesaria para manejar al equipo y encontrar de nuevo su lanzamiento de larga distancia. En el banquillo encontramos otros jugadores como Barea, Stojakovic o Haywood, cualquiera de los cuales podría ser considerado factor X en alguna de las series.
Por último, tenemos a Carlisle. Como siempre, con cosas mejores o peores, su temporada ha sido buena. Pero llega el momento de la verdad, el momento en el que debe aprender a superar la presión y dejar de ser superado por los entrenadores rivales; el momento en el que por fin deje de ser un entrenador “only Regular Season” para un equipo “Only Regular Season”.